Nostalgia:
¿Dónde estoy?
Me rodea un patio gris, que yo recuerdo verde.
Cierro ahora mis ojos, y dejo el pasado atrás.
Pero mientras cierro los ojos,
mi mente y mi corazón se abren,
comunicándose entre ellos.
Hablan de tiempos pasados,
y les escucho a medias.
Hablan de un bloque oscuro y alto,
con miles de voces dentro.
Hablan de escaleras infinitas.
Dicen que son de colores,
pero sólo veo gris y negro.
Hablan de balones, de clases de rivales.
De almuerzos de intercambio,
como si la comida fuera un contrabando.
Hablan de niños y niñas.
Separados.
Unos con porterías, otras en corro.
Hablan de amigos, de recuerdos multicolores.
Pero sólo veo gris y negro.
Hablan de cosas que ya no se pueden vivir,
y que duele recordar.
Pero sólo hablan.
No oyen.
No escuchan.
No ven.
No observan a una chica
que se les acerca suavemente,
y en silencio,
para darle colores
a todos mis tristes recuerdos.
Vuelve el dorado de su pelo,
y el recuerdo de cuando se lo cortó.
Nuestra Rapunzel se quedó
con nuestras caras de sorpresa
al asomarse por la puerta,
ya sin sus típicas coletas.
Vuelve el azul verdoso de sus ojos,
colores presentes en las escaleras
de aquel Everest,
al que llamábamos escuela.
Vuelve el blanco de su sonrisa,
enemigo de su negro favorito
Vuelve el arco iris de su imagen,
y vuelve el arco iris de mis recuerdos.
No quedan lugares, o
colores
ahora en mi memoria.
Sólo aquellas personas
que hicieron de cada día una historia.
Cuando piense en ellos ahora,
los veré como siempre fueron.
Alegres, problemáticos, inquietos.
Amigos, al fin y al cabo.
Sólo queda una lección
Que se aprende en el colegio,
y no por el maestro.
Los recuerdos son felices,
no por el lugar o momento
En los que suceden,
sino por las personas
que los componen.
Ahora, por fin,
el patio gris,
vuelve a su verde y blanco original.
“La
nostalgia nos enseña a apreciar cada momento mucho más. Cuanto antes lo
aprendas, menos nostalgia sentirás.”
