Mente color gris cielo
Para qué me hablará nadie de colores…
De degradados, de
espíritus cristalizados
cuando soy feliz con mi
escala de grises.
Y quizás me pierda el
amanecer
en todo su esplendor,
pero la sangre resulta
ser más bella
cuanto menos roja es.
Por ello el vaho que sale
de mi boca es blanco
y la suciedad de mis
zapatos negra,
de arriba a abajo,
porque los colores se han
vuelto
lo que siempre debieron
ser:
Sombras. Claras, oscuras,
un claroscuro con matices
inapreciables.
¿Para qué elegir blanco o
negro,
cuando su mezcla es tan
inusitada, bella y desastrosa
como mi mente?
Y la música puede ser
clara,
y vuestras palabras
oscuras,
pero mi gris neblina
tóxica
anuncia tormenta de forma
inminente.
Y juro por la poca tinta
negra que aún me queda
en mi pluma
(o en mis venas),
que mi lluvia dejará
salir al sol
y que el arco iris al que
darán a (poca) luz
será la gama de gris
más monstruosa y hermosa
que vuestros tristes ojos
colorados
hayan ignorado nunca.