Raíces:
Ruge en lo alto del monte
el suave danzar del
viento
y se oye, allá a lo lejos
el crujido de un lamento.
Lloran y gimen y gritan,
se retuerce sin moverse
las raíces de mi olivo,
a quien la tierra le
escuece.
-¿Qué lamentas con tu
pesar?-
pregunté con curiosidad.
-Que lo que me da la vida
asesina mi libertad.
-¿Qué pretendes, árbol
chico,
si es eso lo que
lamentas?
Este es tu hogar, y tu
tierra,
tienes raíces y no
piernas.
-Ojalá las tuviera yo,
y poder huir corriendo,
pero no puedo pagar
el precio de lo que
quiero.
Mas a pesar de todo ello
no desistiré en mi empeño
de alcanzar mi libertad,
mi única meta, mi sueño.
Con mi último desvelo
arrancaré mis raíces
del suelo y me oiréis
gritar:
¡Muerto soy, mas muerto
libre!