martes, 24 de enero de 2017

Poema: Raíces



Raíces:

Ruge en lo alto del monte

el suave danzar del viento

y se oye, allá a lo lejos

el crujido de un lamento.



Lloran y gimen y gritan,

se retuerce sin moverse

las raíces de mi olivo,

a quien la tierra le escuece.



-¿Qué lamentas con tu pesar?-

pregunté con curiosidad.

-Que lo que me da la vida

asesina mi libertad.



-¿Qué pretendes, árbol chico,

si es eso lo que lamentas?

Este es tu hogar, y tu tierra,

tienes raíces y no piernas.



-Ojalá las tuviera yo,

y poder huir corriendo,

pero no puedo pagar

el precio de lo que quiero.



Mas a pesar de todo ello

no desistiré en mi empeño

de alcanzar mi libertad,

mi única meta, mi sueño.


Con mi último desvelo

arrancaré mis raíces

del suelo y me oiréis gritar:

¡Muerto soy, mas muerto libre!

domingo, 22 de enero de 2017

Prosa: Medias tintas



Medias tintas.


El amor verdadero.
 Es algo con lo que soñamos prácticamente desde que somos capaces de desear algo. Soñamos con esa media naranja, esa pieza mágica que termine nuestro puzle, esa nota que complete nuestra armonía.


Porque el amor verdadero, todo lo puede.

Porque por el amor verdadero, todo se debe.


Y no nos damos cuenta de que si el amor es lo que hace girar al mundo, quizá sea más importante pensar que antes ya existía un mundo que mover.

Que buscamos un sueño en la realidad como quien busca un oasis en el desierto. Nos amarramos a una esperanza que puede (o no) existir.

Buscamos nuestra otra mitad cuando ya somos uno entero. Un puzle completo. Una hermosa armonía. 


Le tenemos miedo a la soledad como si esta fuera un monstruo voraz de fauces desgarradoras, cuando sólo la soledad es capaz de enseñarnos a estar en compañía.


Quien no sabe vivir solo, vivirá siempre mal acompañado, incluso por él mismo.

Por eso debemos estar solos, y acompañados, y equivocados.


Y hallar el “amor verdadero" 4 o 5 veces y perderlo todas, sabiendo que venga quien venga, y se vaya quien se vaya, el amor verdadero estará no a la vuelta de la esquina, sino al frente del espejo.

Amemos. Quizás no a cualquiera. Quizás a nadie. Quizás… solo a uno mismo. Porque somos a quien más conocemos, a quien más detestamos a ratos, al que sabremos perdonar siempre (o acabaremos por aprender a hacerlo), y queramos o no, al único que siempre estará ahí para reírse de cada tropiezo, y sonreír ante cada cicatriz. 


Y así, amaremos a nuestro UNO. Nuestro puzle. Nuestra armonía.

Aprendamos a girar nuestro propio mundo.


Y ese será el mejor, el único, el inigualable, el mágico

amor verdadero

con el que tanto habíamos soñado.


jueves, 19 de enero de 2017

Poema: Seis letras

Seis letras:
Estrés.
Seis letras que se vuelven
una maraña de hilos de metal
que arañan mi piel y
se encarna en mi cuerpo.

Seis letras que no dejan cerrar mis párpados.
ni llenar mis pulmones.
Me quitan la respiración
y hacen temblar mi corazón,
asomado al precipicio.

Y prefiero lanzarme al acantilado
a ciegas
que pensar en qué habrá al otro lado
o que alguien me empuje.

Si salto, prefiero morir por mi propio pie
que por patada ajena.

Dejad que mi patada sea mi alivio
Y que estos hilos de acero sean mi hogar.

Estrés.
Seis letras.
Muchas noches sin dormir.
Demasiados gritos.
Incontables lágrimas.
Un único desenlace. Inevitable.
Me destruirá o me liberará por completo,
Solo quedan el tiempo y el estrés.

Seis letras de combustión rápida.
Veamos qué arde primero.