martes, 28 de marzo de 2017

Poema: A Miguel Hernández



A Miguel Hernández

Se escucha tu voz
en tus versos y tus sonetos.
Se oyen gritos y exclamaciones
de alegría, enfado, tristeza y desconsuelo.
Su padre se ha ido, dicen,
su padre se fue muy lejos.
Pero en esos versos te veo
vivo, y no como dicen.
Vivo, y no muerto.
Que tu alma no estaba en tu cuerpo,
Sino en los versos en los que vivías.

Avisaste de que el hombre acecha,
y el peor de todos a ti te dio caza.

Y un país llora tu nombre,
y el peor de todos a ti te dio caza.

Y un país llora tu nombre,
y el arte se siente huérfano.
Le falta su poeta, su gran hombre,
el que escribió a la vida, a la lucha,
a la alegría, al amor, a la tristeza
y a la muerte.

Y la muerte tan sólo
llegará a rozarte, y jamás a llevarte
porque en versos eres eterno
y siempre lo serás, Miguel Hernández.

martes, 21 de marzo de 2017

Poema por motivo del día de la poesía: Soy Poesía



Soy Poesía
Dame tus pulmones, y yo los llenaré.
Dame tu dolor, y también tus sentidos.
Dame el fulgor del sol recién nacido,
al sin sentido, vida yo daré.

Acércate, que yo te abrazaré
cuando tus sueños parezcan perdidos.
Te guardaré de todos tus delirios,
y hasta de ti mismo te salvaré.

Me quedaré hasta ser un sueño truncado,
viviendo y lamentándome de aquello
a lo que nunca llegaré a alcanzar.

Te amaré como nunca te han amado,
y sabemos que me odiarás por ello,
y que aun así no lo puedes evitar.

domingo, 19 de marzo de 2017

Poema: Invisibilidad verosímil



Invisibilidad verosímil
Con las manos en la cabeza
y lágrimas en los ojos
lamentamos la sangre
derramada sobre unos colores
e ignoramos otras banderas,
desgarradas, quemadas y manchadas
por monstruos tan reales
como las vidas que arrebataron.

Todas verosímiles,
demasiadas invisibles.

En la guerra del dolor,
el silencio quema y hiere
y los oídos sordos son
un siervo más de quienes
tan sólo se arrodillan
ante ellos mismos.

¿De qué servirán
las manos unidas
cuando el corazón
se aleja,
y cuando la cabeza
sólo es consciente
de su propia existencia?

Un número,
un grado de importancia.
Nada.
Nadie.
Muertes
¿Muertes?

Presumimos de lógica,
de honor, de diplomacia,
pero damos a unas muertes
más valor que a otras;
como si la tierra
en la que naciste
y a la que volverás,
diera más valor
a unos huesos
que a otros iguales.

Lloremos a todos.
No lloremos, sin más.
Los extremos se tocan,
pero el centro no existe.

Qué más dará…
Recojamos lo poco que nos queda,
sigamos jugando a este juego,
a este sinsentido, a este vacío.
Me empieza a gustar el mareo que siento.

Mi bandera, o lo que quede de ella,
o los colores o lo que soy
cubrirá aquello que nadie cubre,
llorará a lo invisible,
y gritará hasta ahogarse
que el silencio no es una opción.