Mens sana in
corpore sano:
El tiempo ya no se mide en días,
Sino en lágrimas.
En violentas sacudidas interiores. Sino en lágrimas.
No los distingo,
Pues la oscuridad me acecha a todas horas.
Sólo quiero dormir.
Dormir eternamente,
Y sin embargo no consigo cerrar los ojos en paz.
Mi sueño, mi pesadilla.
Mi realidad, mi mentira.
No quiero que caigan más lágrimas
Ni que corten más navajas.
Y sábanas sudadas.
Simplemente no veo más allá
De lo que ven mis ojos.
Pero hace mucho que ya no vivo.
Y de cortes que no sangran.