martes, 27 de septiembre de 2016

Poema: El cuervo, la víbora y los infiernos.



El cuervo, la víbora y los infiernos:


Trastabillando entró un cuervo molesto

en mi cuna.

Amarrado a los barrotes,

decidió entonces

disparar picotazos

y descoser heridas

profundas.



Rebusqué consuelo

en mi almohada

y ésta resultó

estar llena de víboras.



Ente la espada

y la daga,

el corte era necesario

y los picotazos

comenzaron a escocer.



Estocada, picotazo,

colmillos de víbora.



Picotazo, Picotazo.



Decido romperle

el cuello al cuervo

Para que corra y picotee al diablo.





Una víbora se esconde

y consuela en los infiernos

la triste picotada rítmica

de lo que queda del cuerpo.



Mas, desgracia de mí,

la víbora hizo de mi sangre

veneno.



Y la sangre coagula.

Y el futuro es incierto.



Y decido ponerme

entre la espada y la daga

y me atravieso de una vez.



Con suerte no sentiré nada.

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