Guerrera de construcción masiva (es fácil):
Cargando con un arma de
construcción masiva
entraste en el último
vagón vistiendo
de una extraña oscuridad
luminosa.
Olvidé por un momento mi
destino.
Qué coño.
Por un momento ni
siquiera sabía dónde estaba.
Estando perdida en ti,
encontré a tu pulgar
derecho,
con pequeñas heridas
visibles.
Provocadas quizás
por aquel arma que
portabas.
Quizás incluso por tu
propia boca.
Nunca lo supe. Nunca lo
sabré.
Maldita sea… Ni siquiera
sé tu nombre.
Ni siquiera me atrevía a
mirarte a la cara.
No era digna.
Seguramente aún no lo
sea.
Sólo vi tu rostro una
vez, fugazmente.
Sólo te vi de verdad
cuando,
con un suave movimiento,
apartaste el flequillo
ladeado
de tu hermoso cabello
azabache,
dejándome ver cómo
realmente eras.
Efectivamente, no era digna.
Toda tú eras una obra de
arte
mejor que cualquier
cuadro
jamás pintado,
cualquier escultura
jamás tallada,
cualquier canción
jamás tocada,
o que cualquier poema
jamás escrito
o que se vaya a escribir.
Era simple.
Es simple.
Ni siquiera sé qué escribir.
Qué elemento de ti
describir antes.
Es imposible.
No se debe separar una
armonía.
No se pueden separar los
colores
que forman un atardecer.
No sé nada sobre ti.
Ni tu nombre, ni tu razón
de ser.
Solo sé que, por un corto
espacio de tiempo,
tú fuiste mi razón de
ser.
Nunca fui digna.
No debí haber bajado de
ese tren.
Nota de la autora: Siendo este poema tan exacto y a la vez tan abstracto, me encantaría que me diérais vuestra opinión/interpretación en los comentarios. :) Mil gracias, paz y amor: M.D.C
Me he sentido identificado con la persona que describes. Sé que no seré yo a quien te estés refiriendo pero me gusta que haya la posibilidad de que si
ResponderEliminarTodo es posible en el mundo de la poesía.
ResponderEliminarLa cosa es esa, sentirse identificado o emocionado con ella.
Gracias por tu comentario:)