Con
la mirada alzada:
Quizás cuando levantéis
la vista
seréis capaces de
comprender
que si el río acabó
finalmente con la roca
fue por todos los días en
los que no pudo
Que uno solo marca una
gran diferencia.
Por eso se dice que una
gota coma el vaso.
Que un puño se alza y los
muros caen.
No os dejéis engañar
por aquellos vendados de
ojos
y atados de pies y manos,
que dicen gritar, y
recibir
susurros a cambio.
Se convierten así también
en sordos,
pues no oyen que a un
grito
no le sigue su propio
eco,
sino la furia del aullido
compañero.
Debéis alzar la mirada
para que se alcen con
ella
decenas de voces e ideas
que creen una causa
laureada.
Quizás no hoy. Quizás no
mañana.
Pero algún día, una sola
voz
marcará la diferencia
entre una realidad y
otra.
Nuestro ría hará temblar
toda roca en su camino,
y acabará por dividirla
en seco.
Solo debéis alzar la
mirada.
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