domingo, 23 de octubre de 2016

Relato: Igualdad por escrito

Aquí está el relato con el que conseguí un primer premio en el IV Concurso de Relatos "Letras por la Igualdad" de la Comunidad Autónoma de Madrid.



Igualdad por escrito

Hace poco que tengo consciencia de mi propia existencia, pero sé perfectamente lo que soy. Ser un bolígrafo en una oficina no es lo más fácil del mundo, la verdad. Es estresante que el jefe se ponga a mordisquearte antes de ponerse a escribir, dejándote pequeñas raspaduras como cicatrices. Sin embargo, también me gusta el ajetreo que he apreciado en este lugar. Veo a decenas de personas ir de aquí para allá con papeles revueltos entre las manos; con cara de estar totalmente desubicados cuando, en realidad, parecen saber perfectamente adónde se dirigen.

Sin embargo, aún no he vivido como bolígrafo más de un día, y espero nervioso los acontecimientos que puedan suceder hoy. Según he oído decir al jefe, hoy será un día muy largo. Me pregunto porque será así…

Son las 9, y entra una mujer joven a la oficina. Parece nerviosa, y me asalta la fugaz duda de quién es, ya que jamás la había visto antes (aunque tampoco reconozco a la mayoría de gente que pasa por aquí). Es mi jefe el que inicia la conversación:

-Buenas. ¿Eres Elisa Rodríguez, verdad?

-Sí señor- responde ella- Venía por la entrevista de trabajo.

-Claro, claro. Lo suponía.

Nunca antes había visto a nadie en una “entrevista de trabajo”, así que me centré todo el tiempo en ver qué era esa extraña situación. Mi jefe hacía muchas preguntas, a las que la chica respondía de manera más confiada cuanto más tiempo pasaba. La verdad es que me caía bien. De repente, ella pareció sorprenderse por una pregunta que él hizo. En ese preciso momento me había distraído de la conversación, así que agradecí que mi jefe repitiera la pregunta que tanto había sobrecogido a la chica. 

-Te preguntaba si tienes planes de formar una familia en un corto espacio de tiempo.

-Bueno- respondió dubitativa- Creo que eso es algo personal y que no tendría nada que ver con mi trabajo en esta empresa.

-Claro, claro. Sin embargo, comprenderás que es algo importante de saber, ya que podría influir en tu rendimiento laboral incluso después del permiso de maternidad. Puede que te sea difícil conciliar la vida laboral con la personal. ¿Entiendes?- Dijo en un tono bastante agudo, como si ella no comprendiera algo elemental.

-Supongo… La verdad es que no cuento con formar una familia pronto, no.

La chica pareció abstraerse durante el resto de las preguntas, y empezó a responder con monosílabos o frases cortas hasta que se acabó la entrevista. Mi jefe y ella se despidieron, y él le aseguró que la llamaría. Por su tono de voz, ella sabía que no sería así.
Mi jefe salió de la oficina a tomarse un café, y yo me quedé pensando en porqué esa pregunta había afectado tanto a la mujer. Seguramente, se la harían a todos los que vinieran a una entrevista ¿verdad? Justo al acabar ese pensamiento, mi jefe volvió de nuevo a la oficina, e hizo pasar a un hombre igual de joven que la otra chica, y que venía por el mismo motivo. Mi jefe le dio la bienvenida, y continuó con las preguntas que había hecho antes a la chica. 

Sin embargo, cuando llegó el turno de la pregunta que antes sorprendió a la chica, mi jefe dijo otra pregunta totalmente distinta:

-¿Te considerarías alguien estricto?

-Sí, creo que para alcanzar el éxito es muy importante mantener las formas. También me considero muy audaz, y no tengo miedo de arriesgarlo todo por una causa si tengo confianza en ella.

-Bien, bien… -Dijo con semblante satisfecho- Esas cualidades son las idóneas para el puesto de líder que necesita esta empresa. Necesita agresividad, seguridad. No se puede ser débil, hay que ser un hombre, al fin y al cabo.

-Claro, tiene usted toda la razón.

Las preguntas siguieron, y la entrevista acabó. Ambos hombres se despidieron con un apretón de manos, y el chico supo al instante que tenía el empleo en el bolsillo.
Vaya. La verdad es que aún no logro comprender por qué no le ha preguntado por su familia. De hecho, en la ficha que firmé al principio, decía que tenía un hijo recién nacido. ¿Acaso no tiene él que conciliar la vida del trabajo con la de su hijo? ¿Y qué significa eso de “hay que ser un hombre”? Estoy muy confuso…

No logro entender en absoluto porqué en un puesto de mando hay que “ser un hombre” y no una mujer. No tiene sentido ninguno.

Realmente, me niego a cometer la injusticia de ser testigo, y autor de un papel en el que un hombre y una mujer no sufran las mismas preguntas. Simplemente porque ambos tienen el mismo derecho a esa oportunidad. 

Todos, hombres y mujeres, usan bolígrafos (como el que soy yo) en su día a día, y escriben miles y miles de declaraciones. Sin embargo, no permitiré que conmigo se escriba nada que sea injusto para alguien. Simplemente me niego. Por ello, mañana, antes de la firma del contrato, pararé el flujo de mi tinta. Ojalá que así se paren estas injusticias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario